El Proís de Candelaria
Al descubrimiento de un pueblo enclavado en los acantilados de La Palma
El Proís o Cuevas de Candelaria es un pintoresco enclave litoral que destaca tanto por su belleza, interés histórico y etnográfico, como por el gran valor natural del entorno en que se asienta. El carácter acantilado de esta costa, con paredes de 200 m. de altura, es un elemento clave para dar refugio a numerosas aves marinas como la pardela cenicienta, el charrán común o la gaviota patiamarilla, y terrestres como el halcón tagarote o el cada vez más escaso guincho.
Los pequeños charcos que se forman en la bajamar, funcionan como océanos en miniatura, albergando desde organismos típicos de la orilla hasta especies que viven a 200 m de profundidad. Es el caso de estrellas de mar, anémonas, cangrejos, caracolas, algas y peces, algunos de ellos alevines de especies de interés pesquero. Destaca además en esta banda la presencia del mujo rojo Gelidium arbuscula y mujo picón Cystoseira abies-marina, algas protegidas debido al retroceso que han experimentado sus. poblaciones en las últimas décadas.
Estos escarpes rocosos se prolongan bajo el mar creando abundantes grietas y cuevas que constituyen el hábitat idóneo para especies adaptadas a la oscuridad como esponjas, corales y otros invertebrados. Por otro lado, en los fondos más expuestos a la luz, se concentra una gran riqueza de algas que sirven de sustento para la fauna asociada, si bien en los últimos años se han visto reducidas sus poblaciones debido a los desequilibrios que genera la desaparición de especies depredadoras clave como pejeperros, gallos o cargos, encargados de mantener a raya a herbívoros como el erizo.
¿Cómo alcanzar el Proìs?
Para llegar al Proìs de Tijarafe o Cueva de Candelaria, hay que llegar al municipio de Tijarafe en el noroeste de la isla. Una vez que llegas al pueblo tienes que tomar el camino que baja a la costa desde el quiosco (El Kiosko de El Diablo), no puedes equivocarte: el descenso es de adrenalina pero totalmente seguro.
Alternativamente, si eres un buen caminante, puedes llegar a pie. La ruta es de unos 10 km (ida y vuelta), con una diferencia de altitud de 850 metros y te llevará unas 4 horas.
Vale la pena tomar este camino: por el paisaje con vistas al mar, para conocer la vegetación típica de la costa de palmera (Cardonal-Taibabal), para observar algunas aves, lagartos o conejos y disfrutar del maravilloso clima de palmero. Pero tenga cuidado con los calurosos días de verano, ¡Te recomendamos encarecidamente que no camines a menos que salgas temprano por la mañana! Recuerda llevar siempre mucha agua, al llegar al primer aparcamiento (que también es el comienzo del camino para llegar a la playa de Jurado) encontrarás una fuente.
Un lugar pintoresco y sorprendente
Estamos seguros de que te quedarás sin aliento tan pronto como veas la famosa cueva: una cueva con varias casas de color blanco y azul en el interior que se desarrollan dentro del acantilado. Si son buenos fotógrafos, ¡pueden hacer capturas impresionantes!
Si lo visitas en invierno y durante la semana, probablemente no encontrará un alma: las casas estarán cerradas, los barcos hospitalizados y, aparte de algunos maullidos, no escucharás ningún sonido, excepto el romper de las olas del océano en la costa.
Todo cambia en verano cuando los habitantes del pueblo de Tijarafe trasladan su residencia al pequeño puerto y este se llena de vida: los barcos salen al mar, el pueblo cobra vida y los niños juegan en las piscinas formadas por el mar o si la marea y las condiciones del el agua lo permiten se tiran desde las rocas.
¿Qué significa proìs?
Proìs significa «roca o piedra en tierra fierme a la que se amarra el barco», de hecho, es un pequeño puerto que se utilizó principalmente en el pasado también para defenderse de los ataques piratas.
La patrona del municipio de Tijarafe, la Virgen de Candelaria, le da el nombre de cueva de Candelaria.
Caminando entre las casas encontrarás una figura de la Virgen que protege el lugar y cuya fiesta se celebra el 8 de septiembre. La leyenda dice que cuando la virgen de Candelaria se mudó del puerto de la capital Santa Cruz de La Palma a Puntagorda, los marineros se detuvieron para descansar en este lugar. Cuando decidieron abandonar el mar fue tan agitado que tuvieron que regresar al refugio y así en otras ocasiones.
A partir de entonces, el Proís fue nombrado en honor a la Virgen: el Proìs de Candelaria.
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